La economía circular es un modelo económico que busca garantizar un crecimiento sostenible en el tiempo, promover la gestión eficiente de recursos, la reducción en el consumo de materias primas y el aprovechamiento de los residuos.
En el modelo lineal un producto es diseñado sin pensar en qué uso podría tener luego (extracción de recursos, transformación, uso y desecho), es decir; cumple la función principal o básica para la cual fue diseñada y luego se desecha, diferencia sustancial; cuando hablemos de la economía circular como modelo innovador, ya que todo inicia desde la fase del diseño del producto y/o servicio buscando extender su duración y las posibles opciones para su reutilización, generando ciclos, fiel al estilo de la naturaleza donde nada se desperdicia.
Es importante resaltar la información contenida en el artículo publicado por la Industrial Analytic Platform (IAP) de la ONUDI, donde se menciona que las oportunidades de creación de valor en el marco de la economía circular se clasifican en ciclos técnicos y biológicos. En el ciclo técnico, los materiales y productos fabricados por el ser humano permanecen en uso el mayor tiempo posible. De este modo, el valor se crea mediante el intercambio, el mantenimiento, la reutilización, la remanufactura y el reciclaje. Por otro lado, en el ciclo biológico, después de haber pasado por múltiples usos, los materiales regresan a la naturaleza de forma segura, devolviendo así los nutrientes a la tierra y a los ecosistemas naturales
Recordaba aquella frase escolar de Lomonósov – Lavoisier, algo cuestionada en estos tiempos, para relacionarla a la economía circular: “la materia no se crea ni se destruye, solo de transforma”, y en ese proceso de transformación y desde este enfoque, buscamos maximizar su uso y generar valor minimizando el impacto sobre nuestros ecosistemas. En el contexto actual, el modelo de economía lineal es el que predomina, sin embargo; es fundamental implementar iniciativas que generen un cambio de paradigma. Adoptar el modelo de economía circular es muy importante como factor para el desarrollo sostenible, desde el punto de vista económico es generadora de empleo y busca impactar de manera positiva en el medio ambiente, luchando de manera directa contra el cambio climático.
Nuestra Amazonía posee una inmensidad de recursos y por ende grandes oportunidades de crecimiento. En ese sentido, desde nuestras primeras experiencias en la investigación, el desarrollo de productos, la aplicación a nivel piloto y luego el escalamiento en diferentes cadenas de valor en nuestra Amazonía, observamos que los resultados impactan de manera directa en la sociedad, genera fuentes de empleo, trabajo decente en igualdad de oportunidades para hombres y mujeres y grandes oportunidades de crecimiento. Las personas adoptan buenas prácticas y costumbres que ayudan a contribuir con el cuidado del medio ambiente, evitar la pérdida de biodiversidad y la regeneración de los ecosistemas.
(*) Artículo publicado en la Agenda Amazonía 2023. Mes de febrero.