Cuando hablamos de género nos referimos a que tanto hombres y mujeres tengan acceso a derechos y las mismas oportunidades para desarrollarse. Cuando hablamos de gobernanza territorial es la forma en la que se gobierna y maneja un determinado territorio para su desarrollo social, político, económico, cultural y ambiental, con la participación de todos los actores sociales, tanto hombres y mujeres que viven en ese territorio. En el caso de los pueblos indígenas, se basa en su autodeterminación y sus derechos colectivos sobre el territorio, sus formas de gobierno y sus prioridades hacia el buen vivir y vida plena.
A pesar de algunos avances para cerrar las brechas de género, las mujeres indígenas aún enfrentan diversas barreras para participar activamente en los procesos de gobernanza territorial y en los espacios de toma de decisiones sobre quién gestiona y cómo se gestiona el territorio comunal tanto a nivel interno de sus propias organizaciones y comunidades como a nivel externo. La exclusión de las mujeres de la toma de decisiones implica que sus propuestas no sean escuchadas y consideradas, además que sus propias necesidades e intereses queden de lado y postergados.
“Una de las barreras que enfrentamos las mujeres indígenas al interior de nuestras comunidades es el de la gobernanza. Por ello, necesitamos modificar los estatutos comunales porque es necesario que las mujeres participen activamente en la gobernanza del territorio, en el monitoreo, en la vigilancia de los bosques, en el manejo de los recursos económicos, en las iniciativas de los proyectos y en la toma de decisiones”.
(Rocilda Nunta, lideresa del pueblo shipibo).
La participación es un paso clave para abordar las barreras que enfrentan las mujeres y no solo en la toma de decisiones, sino también en cuestiones relacionadas con los derechos y la distribución de beneficios. Abordar estas barreras es una forma eficaz de asegurar que tanto hombres como mujeres participen en la gobernanza de sus territorios, así como para garantizar resultados equitativos y el desarrollo sostenible.
Esto requiere que se continúe con acciones para desarrollar capacidades que fortalezcan los liderazgos, el empoderamiento y la agencia tanto individual como colectiva, apoyando a las mujeres para que se organicen y asuman cargos dirigenciales al interior de sus comunidades y fuera de ella, siendo elegidas como autoridades en sus distritos, en las provincias, regiones y a nivel nacional.
(*) Artículo publicado en la Agenda Amazonía 2022. Mes de junio.