La Coalición de Economía Circular en América Latina y el Caribe, ha planteado cómo los ciudadanos y ciudadanas pueden participar activamente en la economía circular y sobre ello, hacemos un resumen de sus principales recomendaciones.
Repensar cómo se satisfacen las necesidades. A medida que surgen productos y sistemas de Economía Circular, los ciudadanos tienen la oportunidad de repensar cómo satisfacer sus necesidades, por ejemplo, pasando de ser propietarios de productos a acceder a un producto a través de un modelo de servicio cuando lo necesiten. Al hacerlo, no necesitan comprar los productos, pero aun así pueden beneficiarse de ellos. Pueden pasar de ser consumidores a ser usuarios. Estos modelos pueden diseñarse para que los productos sean más asequibles, aumentando la accesibilidad de los mismos para las personas que no pueden permitirse comprar y poseer bienes de forma lineal.
Participar en planes de intercambio de productos. Los ciudadanos pueden beneficiarse al compartir modelos que dan acceso a activos infrautilizados en la economía. Los bienes duraderos como automóviles, electrodomésticos, herramientas y ropa suelen tener tasas de utilización bajas y los ciudadanos pueden aprovechar la proximidad geográfica y las tecnologías digitales para compartir el acceso a estos artículos. Esto también permite que las personas con ingresos más bajos accedan a bienes que de otro modo no podrían pagar.
Involucrarse en la reparación, renovación o remanufactura. A través del rediseño de productos, servicios y sistemas, se abre la oportunidad de arreglar y reparar, renovar y remanufacturar productos, lo que permite a los ciudadanos involucrarse directamente o a través de profesionales, prolongando el uso del producto, en lugar de descartarlo o comprar nuevos repuestos.
Participar en planes de recogida y devolución de productos. La participación del cliente es clave para los sistemas que dependen de la devolución de productos para planes efectivos de recolección, reciclaje o remanufactura. La devolución de botellas u otros envases reutilizables, textiles y teléfonos móviles ayuda a mantener los productos en uso durante más tiempo y garantiza que se puedan reutilizar, reparar, renovar o desmontar, dejando los valiosos componentes restantes en uso.
Apoyar los sistemas de segregación, reciclaje y compostaje de residuos. La participación ciudadana en los planes de segregación de residuos es clave. Por ejemplo, pueden separar los residuos alimentarios domésticos compostables de los no compostables. Su participación permite a las empresas de reciclaje o municipios aprovechar al máximo los residuos post consumo y contribuye a minimizar los volúmenes de residuos en vertederos y las emisiones de CO2.
Rechazar los bienes insostenibles. Cuando se dispone de una alternativa asequible alineada con los principios de la Economía Circular, el hecho de negarse a comprar o consumir productos o servicios insostenibles y de diseño lineal envía una fuerte señal al mercado. Esto apoya a las economías en la transición hacia productos y servicios más circulares, y permite que las empresas implementen a gran escala la oferta de productos y servicios asequibles diseñados para una economía circular, permitiendo una participación inclusiva de todas las personas.
(*) Artículo publicado en la Agenda Amazonía 2023. Mes de agosto.